Muchos cuando van a ministrar la palabra, hacen varios tipos de rituales,
de preparaci贸n con el prop贸sito de ministrar la mejor palabra, o para que la
palabra venga a impactar a aquellos que
escuchen, y que sea algo sobrenatural. La gran verdad es que de nosotros mismo
nada puede ser generado, la mejor predicaci贸n que veo la Biblia, que hizo con
que una naci贸n se volverse el coraz贸n para Dios, fue ministrada por un profeta
que no ayun贸, no or贸 antes, fue obligado por Dios a hablar, no habl贸 nada bello,
no prometi贸 nada, no hablo de promesas y prosperidad, no hizo apelaci贸n,
simplemente predic贸, hablando as铆: “se conviertan o Dios va a destruir su
ciudad”. Toda la ciudad se convirti贸, y el profeta qued贸 tan nervioso con la
conversi贸n de aquel pueblo, que habl贸 a Dios para quitar su propia vida. No es
necesario abandonar todo y quedase en la calle regalando folleto, pero basta no
desperdiciar las oportunidades que aparecen en nuestro d铆a a d铆a, a veces un
buen d铆a que usted da para alguien eso puede ser suficiente para cambiar una
vida, un simples mensaje puede impactar
la vida de alguien, predice a Jes煤s, si es necesario utilice palabras.
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