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SENDO LIMPIO DE DENTRO PARA FUERA.
Jesús declara que bienaventurados
los limpios de corazón pues verán a Dios. Ver al Señor está relacionado a tener
intimidad con Él, porque hay una gran diferencia entre oír hablar y conocer
realmente a Dios. Muchas veces tratamos la cuestión de buscar la presencia de
Dios como una fuga hacia la realidad, pero la gran virtud de un cristiano es
tener una relación profunda con el Espíritu Santo y para eso, necesitamos
limpiar nuestro corazón. Esta persona limpia de que Jesús relata, está
relacionado mucho más como una acción personal que con algo espiritual, oramos
para que el Señor venga a limpiarnos, pero llevamos una rutina sin cuidar de lo
que oímos, sin cuidar de lo que leemos, lo que vemos, y alimentamos nuestra
carne con varias cosas que además de no añadir nada, nos llevan lejos de la
voluntad del Señor. El mayor peligro en los días actuales no está en las cosas
ilícitas, en los pecados que se consideran "graves" sino en las cosas
lícitas, pues muchas veces no abandonamos el pecado, sólo sustituimos por otras
cosas, y de esa forma sin que percibimos nuestra fe acaba enfriándose.
MATEUS 05 08
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