El poder de la unidad va más allá de un logró, tiene el poder de romper conceptos, tiene el poder de cambiar ideas, de anular prejuicios, puede transformar la realidad, y también tiene el poder de revolucionar nuestras vidas.
Jesús cuando nos enseña sobre el perdón, no solo quería que estuviéramos en paz unos con los otros, sino que quería que viviéramos practicando el principio del pacto.
Tener un pacto con alguien significa estar dispuesto a caminar junto, con un propósito, aunque tenga diferencias, y opiniones diferentes, manteniendo el enfoque el algo común.
Cuando hacemos una alianza con Dios, significa que damos nuestro corazón y nos dejamos moldear, pero cuando hacemos una alianza con nuestro hermano, eso significa en estar dispuesto a ayudar, a comprender, a enseñar, a aprender, a mantener un nivel más profundo de relación.
Vivemos en días en que personas destruyen personas, pero lo que Jesús nos pide hoy es que hagamos alianzas, para que su amor desborde cada vez más sobre nuestras vidas, y también que no elijamos con quién nos aliaremos, sino podamos abrazar, incluso ese que no nos gusta.
Hoy, él Espírito Santo nos enseña que es tiempo de establecer alianzas con nuestros hermanos, para que así nuestra alianza se fortalezca.
En todo tiempo ama el amigo; Y el hermano para la angustia es nacido.
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