Los cambios siempre nos acompañan en todos los momentos
de nuestra vida, y a Dios le gusta usar varias situaciones para moldear nuestro
carácter, para transformar nuestra mente, con la intención de impactar nuestra
vida. Pero todo cambio que viene de Dios no es a la vista, el Padre quiere
generar en nuestra vida el carácter de Cristo, para que así vengamos a vivir la
plenitud de lo que el Señor ha preparado para nosotros. El cambio está
relacionado con la palabra renuncia, porque para cambiar algo en nuestras vidas
tenemos que renunciar lo que pensamos lo que creemos, nuestro yo, y hasta a
veces renunciar a la lógica, pues hay cosas que no podemos entender ahora, pero
pasando tiempo, conseguimos ver que algunas situaciones suceden, aunque causen
heridas, nos ayudan a alcanzar nuestros sueños. Dios puede cambiar a nuestras
vidas en cualquier momento, pero tiene que existir en nosotros humildad, que
nos hace tener dentro de nosotros una necesidad de cambio. Y aunque vayamos a
quedarnos en situaciones que nosotros mismos nos aprisionamos, sin embargo, el
Señor todavía nos ayuda a salir de todas ellas. Hoy el Espíritu Santo nos
enseña que tenemos que reconocer la dependencia de Dios, entregando nuestro
camino a él, porque así nos guiará hacia un camino perfecto.
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