Vivimos en un mundo en el que la gente fácilmente pierde
el valor, basta cometer un error que automáticamente las puertas empiezan a
cerrarse, y las situaciones empiezan a sofocar. En ese momento nos preguntamos
cuál es nuestro valor, cuál es el sentido de vivir, porque a veces la tristeza
habita en nuestras vidas, y es en esos momentos en que pensamientos
destructivos empiezan a brotar en nuestra mente, queriendo mostrar que no
Tenemos valor, que somos un nada. Pero la palabra nos muestra que fuimos
comprados por alto precio, por la sangre de Jesús que fue derramada allá en la
cruz, pero piense por un momento si realmente no valemos nada, entonces porque Jesús
murió, e será que su sacrificio fue en vano. Cristo se entregó por nosotros,
porque nos ama, y no tiene como amar algo que no tiene valor, por eso tenemos
un alto valor ante el Señor, no dejes que las opiniones que la gente tiene
sobre ti, los errores del pasado, por situaciones presentes, vengan a quitarle
el valor que su vida tiene. Hoy el Espíritu Santo nos invita a experimentar ese
amor, y mostrar que su vida es importante para Jesús. Recuerde que si alguien
por cualquier motivo optó por no andar más a su lado realmente esa persona no
merecía su presencia.
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