Jesús sale con sus discípulos en un barco
hasta un lugar desierto para que todos descansasen y la palabra dice que muchos
corrieron hasta donde él iba a desembarcar, y fueron tan rápidos que llegaron
antes del Maestro. Cuando Jesús desembarca y ve a la multitud, empieza a tener
compasión de aquel pueblo, pues Él las ve como ovejas sin pastor, y es en ese
escenario que hace la primera multiplicación de panes. Meditando en eso aprendo
algunas cosas, existe una diferencia entre luchar con la fuerza de nuestro
brazo y hacer nuestro mejor, cuando luchamos con nuestras fuerzas hacemos lo
que queremos de la manera que creemos ser la mejor, pero hacer lo mejor es
cuando Dios nos da una dirección, y nosotros nos esforzamos para seguirla, esas
personas se esforzaron para alcanzar a Jesús, de tal manera que llegaron antes
y eso conmovió el corazón del maestro. Cuando damos nuestro mejor para alcanzar
la presencia de Dios, el Padre actúa en las nuestras necesidades, y aunque
usted sólo tiene algunos pececillos y panes, de los cuales no van a suplir sus
necesidades, Él viene y multiplica de tal forma que sobra para usted bendecir a
otras personas.
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