Uno de nuestros grandes desafíos es no
apegarse a las cosas materiales, es no dejar que las cosas materiales toman
cuenta de nuestro corazón y como consecuencias cambian el curso del proyecto de
Dios en nuestra vida. Tenemos la tendencia de intentar resolver todo de la
manera que creemos y de nuestra manera, pero raramente de esa forma conseguimos
realizar algo. En los más grandes momentos de crisis y de tormentas somos
tratados en nuestro carácter. Hoy lo que el Espíritu trae a mi corazón es que
necesitamos entender que las fuerzas de nuestro brazo ni el apego a las cosas
van a hacer que alcancemos algo, necesitamos enfocar nuestra vida en Dios, en
buscar más de él, pero no de una manera religiosa, pero de una forma pura y
simples. El amor no genera la carga genera crecimiento, quien te ama no te da
más responsabilidades sólo te motiva a crecer.
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