Cuando
Jesús llega a la casa de Jairo, del cual su hija había muerto, muchos cuestionaban
diciendo, que su hija ya había fallecido y que no había necesidad de molestar
al maestro, pero Jesús le habla directamente a él para que crezca sólo. Cuántas
veces las personas a nuestro alrededor dicen cosas así, diciendo que no vamos a
conseguir, que tenemos que olvidar, que las cosas no van a cambiar, pero el
orden de Jesús es sólo creer. Jesús no permitió que todos quedasen cerca solamente
que quedasen algunos discípulos, cuando llegó a la casa de Jairo, todavía
ordenó que todos saliesen y quedase sólo el padre, la madre y sus discípulos, en
paralelo a eso la gente se burlaba del maestro, pues Él había afirmado que la
niña no estaba muerta, pero estaba durmiendo. A veces parece que nuestros
sueños murieron, que lo que Dios habló no se va a cumplir, el problema muchas
veces es que damos crédito a todo tipo de voz menos la voz que realmente
importa, nos preocupamos por estar rodeado de varias personas, pero la grande
verdad es que no necesitamos una multitud a nuestro alrededor para que los
sueños sucedan, sino solamente aquellos que realmente van a creer con nosotros
en la realización de nuestro sueño. Hay momentos que no tenemos a nadie para
soñar con nosotros, pero el Espíritu Santo no nos abandona, elE cree en usted, hace
que las cosas sucedan, cuando empecemos a escuchar lo que Jesús nos dirige. En
el final para el espanto de todos, la niña resucita, así sucede en nuestra
vida, cuando las promesas se cumplen aquellos que nos rodean no van a entender
cómo sucedió, pero usted conocerá el actuar de Dios. Jesús era tan humilde, que
ordena que no contasen a nadie contara lo que había sucedido, porque el mensaje
central del Maestro no es milagros sino salvación, al contrario de lo que hoy
es predicado, la gente intenta ganar vidas para Jesús usando como argumentación
milagros y prosperidad, pero olvidan el tema central, tenemos que aprender con
Juan el Bautista que decía a los perdidos arrepentirse porque es llegado el
reino de Dios, y no,que venga a Jesús pues él te va a curar y prosperar.
MEDITACIÓN MARCOS 5.35-45
Nenhum comentário:
Postar um comentário