Jesús
llega a Betsaida y le traen un ciego para que sea sanado. El maestro lo lleva a
la parte aplica saliva a los ojos e imponiendo las manos, pregunta al ciego:
"¿ves algo?", Y el ciego responde "veo a los hombres como los
árboles caminando", y entonces Jesús pone las manos nuevamente y el ciego
comienza a ver todo claramente. La Palabra no dice que era un ciego de
nacimiento, sino por el comparativo que el mismo hace diciendo que los hombres
parecían como árboles, me imagino que aquel hombre en algún momento de su vida tenía
la visión perfecta y acabó perdiendo la visión. ¿Pero porque Jesús necesitó
imponer las manos dos veces para hacer una cura completa, siendo en otros
ciegos bastó apenas una vez que la visión ya era recobrada?. Hay varias
teorías, pero meditando en la palabra el Espíritu Santo me lleva a entender que
la primera vez que Jesús toca, y el ciego no puede ver totalmente, era una
forma de mostrarnos que muchas veces algunas elecciones que hacemos nos dejan
ciegos, perdidos sin rumbo, y cuando tenemos un encuentro con Jesús no sólo
podemos ser sanados de la ceguera, sino que tenemos que ser transformados. La
palabra muestra que en la primera vez el ciego hasta veía algo, pero no veía
las cosas plenamente, mientras la segunda vez la Biblia dice que él veía todo
perfectamente. Entonces cuando Dios nos cura de la ceguera no podemos ver cómo
venimos, pero además de volver a ver, tenemos que ser renovados en nuestra
visión, no viendo más las cosas de la forma que vimos antes, y es por eso que
necesitamos todos los días ser renovados en nuestra mente, en nuestros ojos, y
en nuestro corazón.
Marcos
08 22-25
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