Jueces 6:
11 “y vino el ángel de jehová, y sentóse debajo del alcornoque que
está en ophra, el cual era de joas abiezerita; y su hijo Gedeón estaba
sacudiendo el trigo en el lagar, para hacerlo esconder de los madianitas. 12 y
el ángel de jehová se le apareció, y díjole: jehová es contigo, varón
esforzado. 13 y Gedeón le respondió: ah, señor mío, si jehová es con nosotros,
¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿y dónde están todas sus maravillas, que
nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿no nos sacó jehová de Egipto? Y
ahora jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en manos de los madianitas.
14 y mirándole Jeová, díjole: ve con esta tu fortaleza, y salvarás a
Israel de la mano de los madianitas. ¿no te envío yo?”
En esa parte de la Palabra de Dios, está relatando un
momento en que Dios estaba levantando Jueces para juzgar y liberar al pueblo, y
nos muestra cuando Dios levanta a un hombre llamado Gedeón. Antes de ser
levantado como Juez, su predecesora era Débora, del que había traído una gran
liberación al pueblo de Israel (Jc 5), y durante 40 años hubo paz, sin embargo,
el pueblo acabó alejándose de Dios, y en consecuencia el pueblo acabó siendo
dominado por los madianitas, que durante siete años trajeron opresión a los
israelitas, y en tiempo de cosecha invadían el territorio, robaban, destruían
todos sus animales, y es en ese escenario de opresión que vivía Gedeón.
El nombre Gedeón significa "guerrero
poderoso", pero antes de ser levantado con un gran guerrero, él necesita
ser curado por el Señor, porque desde pequeño Gedeón oía hablar de cómo Dios
llamó a Abraham, y lo hizo padre de multitudes, como lo llamó a Moisés y liberó
al pueblo de Egipto, como usó a Josué y derribó las murallas de Jericó,
entonces se encuentra como toda opresión que los midianitas hacen con su
pueblo. Cuando el ángel aparece a Gedeón y dice que el Señor estaba con él, la
primera respuesta de él fue preguntarse si Dios estaba con él, porque había
Jehová librado a Israel tantas veces, pero ahora el Señor había abandonado su
pueblo.
Entonces empezamos a entender que Gedeón
tenía una herida muy grande en su alma, y antes de que Dios pudiera usar a
Gedeón habría que tener una cura sobre él. El motivo de la herida de Gedeón era
causado por una expectativa que él mismo creó sobre Jehová, de todo lo que él
había oído hablar de la liberación de Dios, pero ahora en medio de la opresión
no entendía porque Dios no se manifestaba más como antiguamente. Nosotros
queremos que Dios haga de la manera que creemos que es mejor, pero Él actúa de
la manera correcta en el momento oportuno. Expectativas de forma equivocada
producen heridas profundas, que si no tratadas causan raíz de amargura. Hay
tres tipos de expectativas: En nosotros mismos, en las personas, y en Dios
.
Muchas veces el orgullo y la soberbia toman
cuenta de nuestro corazón, y empezamos a sentirnos superiores a todo, pero Dios
nos ama, y para que no vengamos a sernos orgullosos, él permite que algunas
circunstancias difíciles vengan y acabamos perdiendo cosas que más damos valor,
y como consecuencia acabamos sintiendo frustrados por esta pérdida. Hay cosas
que hacemos creyendo que vamos a conseguir con nuestras propias fuerzas, pero
como tenemos limitaciones acabamos heridos. Hay momentos que soñamos cosas que
no están en el propósito de Dios, y cuando no suceden como el planeado
terminamos frustrados.
* EXPECTATIVA EN LAS PERSONAS *
Muchas veces ponemos confianza plena en las personas, y en momentos de dificultades son pocos los que permanecen a nuestro lado. A veces contamos cosas personales para alguien, secretos que queremos desahogar, pero la gente termina contando a otros, causando vergüenza. También esperamos que la gente haga lo mismo que hacemos por ellas, que nos ame como las amamos que nos ayuden como en muchos momentos ayudamos, y también esperamos que la gente haga algo que sólo Dios puede hacer.
* EXPECTATIVA EN DIOS *
Quedamos frustrados en nuestra relación con Dios, cuando empezamos a creer que Jehová es una marioneta de lo cual tiene que hacer lo que queremos, pero cuando las cosas no suceden de nuestra forma nos frustramos. Tenemos que entender que Dios no va regalar cosas para que ellas vengan destruirnos, necesitamos estar preparados para recibir, además, todo lo que Dios nos da tiene un propósito mayor, más que solo satisfacer el deseo de nuestro corazón.
El Espíritu Santo hoy quiere curarnos, y
poner en nuestro corazón un escudo para que la vanidad del mundo no entre en
nuestro corazón y corrompa los principios de Dios y de esa forma no creamos
expectativas de una manera equivocada. No es pecado tener expectativas, pero
Jesús hoy va a renovar nuestras mentes, para que podamos saber que tenemos que
ser dependientes de Dios, que podemos tener varios amigos, pero nuestro mejor
amigo siempre va a ser el Espíritu Santo, y que la voluntad de Jesús tiene que
ser mayor que nuestros deseos egoístas. Yo profetizo que así con Gedeón recibió
la cura, y fue un gran conquistador, nosotros también podamos ser sanados y
levantarnos como grandes conquistadores en la nación.
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