El mundo en que vivimos está lleno de propuestas que aparentemente parecen ser buenas, pero no todo lo que es bueno para nosotros está en los planes de Dios para nuestra vida.
Fácilmente nos equivocamos por creer que toda buena propuesta que aparece en nuestro camino viene de parte de Dios, pero hay cosas que parecen ser bendiciones, pero con el tiempo acaban destruyendo a nosotros mismo, y muchas veces cuando percibimos termina siendo demasiado tarde, porque acabamos perdiendo nuestro tiempo y nuestras vidas en algo que no fue lo que Dios planeó.
Hay cosas que son pequeñas, inofensivas, pero terminan abriendo puertas para cosas mayores, y la tendencia cuando caemos es de hundirse aún más.
Dios siempre tiene lo mejor para nosotros, por eso nada puede ser más atractivo en este mundo que la presencia de Dios, no sea igual a Esaú que cambió su bendición por un plato de lenteja, que cambió a Dios por una necesidad que él estaba pasando en el momento.
Hoy el Espíritu Santo quiere te dar una unción de confianza plena en el Padre, porque de esa forma sabremos discernir ciertamente lo que viene de Dios, y lo que viene para destruirnos.
Tales son las sendas de todo
el que es dado á la codicia, La cual prenderá el alma de sus poseedores.
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