Tenemos que tener cuidado con pre-juicios, y en toda nuestra opini贸n sobre
alguien necesitamos tener empat铆a, colocarnos en el lugar del pr贸jimo. Muchas
veces lo que hablamos es cierto, pero la forma que abordamos acaba siendo
err贸nea. Necesitamos pedir que el Esp铆ritu Santo nos ense帽e a tener lectura de
ambiente, a saber los l铆mites de lo que podemos hablar, y estar dispuestos a
hablar cosas que van a traer sanaci贸n y no condenaci贸n. Hoy un d铆a muchos son
maestros en consejos listos, en f贸rmulas m谩gicas, pero ni siquiera se dan al
trabajo de entender lo que pasa con el pr贸jimo. Lo mejor que podemos hacer
cuando se trata de dar cualquier opini贸n, es pensar si conocemos la realidad de
eso, si no nuestra mejor ayuda es quedarse quieto. La gente est谩 cansada de
opiniones escasas de personas que no hacen nada para ayudar pero a la hora de
opinar hablan de cosas que ni ellas practican.
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